SEBALD




" En un puñado de narraciones, entre ellas Los emigrados, Vértigo y Austerlitz, logró crear un singular universo de "gran literatura", según aseguró la escritora Susan Sontag. Introvertido y tímido, pero de exquisita cortesía inglesa, Sebald parecía un hombre de otro tiempo, como los personajes de sus libros. Aborrecía profundamente los ajetreos de la vida de inicios del siglo XXI, odiaba los ordenadores y no leía literatura contemporánea.

Sebald era mucho más conocido en Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y España que en su país natal. El propio autor explicaba que en Alemania resultaban incómodas sus invocaciones al holocausto y al destierro sufrido por quienes huyeron del Tercer Reich. Sebald nació en 1944 en una "familia posfascista alemana", en Wertach, un pueblo en la región alpina de Baviera.

Agobiado en parte por la estrechez de miras de la Alemania de la posguerra, Sebald abandonó su país a los 21 años y se marchó primero a Suiza y luego a Inglaterra. Pese a haber vivido más de 30 años en el Reino Unido, se seguía sintiendo profundamente desarraigado. "Me he convertido en algo así como una existencia ambulante y encaro con cierto pánico lo que me resta de vida", aseguró en una entrevista.

En 1985 publicó Die Beschreibung des Unglücks (Descripción del infortunio), su primer libro, sobre la literatura austriaca de Stifter a Handke, que no está traducido al español. Sebald volvería a hacer incursiones en repetidas ocasiones en el género del ensayo. Sus libros más conocidos - Los emigrados, Los anillos de Saturno, Vértigo- son singulares narraciones, muchas de ellas de viajes, en las que el narrador comparte muchas de las coordenadas biográficas con el propio Sebald. La mayoría de estas exploraciones se ocupan de los difuntos, algunos de ellos gigantes de la literatura universal, como Vladímir Nabokov o Franz Kafka. Junto al destierro, la melancólica recreación del pasado es un tema central de su obra: "Los muertos siempre me han interesado más que los vivos".

Sebald publicó a principios de año la que seguramente perdurará como su obra magna: Austerlitz, la historia de un hombre que descubre que su verdadera identidad es ser huérfano del holocausto. Pese a sentirse muy a gusto hablando en inglés, Sebald siempre escribió en el idioma de su juventud, un alemán preciso hasta la exasperación y de elaboradísima sintaxis.

por RDR