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Josefa Sánchez Heras María José Ridaura Costa Cristina Arias Salvador 09/2010 - Tirant lo Blanch - Márgenes 1ª Edición / 231 págs. / Rústica / Castellano / Libro ISBN10 8498768659; ISBN13 9788498768657 Salida y disponibilidad inmediata desde nuestro almacén
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En los últimos años ha ido creciendo la preocupación en torno a la violencia filio-parental. Continuamente aparecen en los medios de comunicación padres desesperados ante la impotencia de no poder controlar el comportamiento agresivo de sus hijos/as. Oímos relatos de padres tratados despóticamente por sus hijos/as, que utilizan su casa como un hotel, descendiendo éstos a la condición de sirvientes. Los datos estadísticos –como lo contempla la memoria general de la fiscalía de 2009- revelan un preocupante incremento de la violencia ejercida por los/as hijos/as adolescentes sobre sus progenitores, sin distinción de clases sociales ni de género. Como dato, apuntar que durante el año 2004, la Fiscalía de Menores de Valencia inició 259 diligencias preliminares por violencia doméstica y de género, mientras que en el año 2008 fueron 537. Mientras en otros países europeos las respuestas están llegando desde el sistema de protección de menores, en España, poco a poco, han ido tomando protagonismo las respuestas que está dando el sistema de justicia. Desde las instituciones que se encargan de la protección de los menores, se entiende que estos/as chicos/as no están desprotegidos/as, ya que tienen unos padres que se encargan de ellos/as. Tienen todas sus necesidades cubiertas. Desde el sistema de justicia, se concibe a el /la menor como sujeto activo de un delito de violencia en el ámbito familiar y como tal se le juzga e impone una medida en función de sus necesidades educativas. Desde la Psicología Cognitivo-conductual se diseña una propuesta de intervención, sesión por sesión, para familias y menores que ejercen conductas de maltrato hacia sus progenitores. Tal y como lo recoge la Fiscalía General del Estado en la circular 1/2010, Sobre el tratamiento desde el sistema de justicia juvenil de los malos tratos de los menores contra sus descendientes, es crucial la implicación de los padres en la intervención, ya que son parte del problema así como de la correcta solución del mismo. Los objetivos generales del programa son, tanto padres como hijos/as, reconocer su parte de responsabilidad en el problema familiar, e implicarse, por tanto, en la solución del mismo. Por otro lado, son objetivos del programa mejorar la relación entre ellos, aprender nuevas estrategias y habilidades como forma de disminuir, hasta desaparecer, los comportamientos violentos. Éste libro trata de eso: Es una propuesta de intervención que consta de cuatro fases diferenciadas (evaluación, hipótesis, tratamiento y seguimiento) y de cinco bloques de tratamiento: padres en individual; Adolescentes en individual; Padres en grupo (“Escuela de Padres”); Adolescentes en grupo; Padres e hijos/as. Esta forma de intervención se estructura y comienza a aplicarse en el año 2004 en la Colonia San Vicente Ferrer. Desde entonces hemos trabajado con más de 150 familias y se han desarrollado 21 “Escuelas de Padres”. La “Colonia San Vicente Ferrer” es un Centro de reeducación de menores ubicado en Valencia y gestionado por los amigonianos, que ha sido referencia en los últimos años para el trabajo con menores que han agredido a sus padres. Así, en la Memoria General de la Fiscalía de 2009, la Sección de Menores de la Fiscalía Provincial de Valencia expone que la puesta en marcha de la escuela de padres –que se realiza en la Colonia San Vicente Ferrer-, ha contribuido notablemente a la reeducación y reinserción de los menores que incurren en este tipo de delitos, logrando una elevada tasa de éxito en el retorno pacífico de los menores a la convivencia familiar. En el estudio realizado con una muestra de 66 chicos y chicas, que cumplieron medida judicial en el centro, el 93´3% de los casos mejoraron después de haber pasado por la intervención que proponemos (Sánchez, 2010).
A lo largo de estos seis años de trabajo constatamos que la intervención funciona. Estos resultados están avalados por un estudio en el que se ha investigado longitudinalmente la efectividad del programa y las variables relacionadas con el problema y con el pronóstico del mismo (Sánchez, J., 2010).
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