JOSÉ LUIS BOHORQUES
La verdad es que cuando Ana me dijo que había muerto José Luis inicialmente seguí trabajando como si nada hubiera pasado. Con el paso de la mañana fui cayendo en el sopor triste que produce una noticia de ése tipo. Durante un rato dejé la mente en blanco y me vino a la cabeza una imagen de la novela de A.J Cronin “Las llaves del reino”.
En ella el cura protagonista de la novela defendía la no exclusividad de la Iglesia para llevar a los hombres al reino de los cielos mediante éste símil: Decía que la iglesia sería como un pastor que lleva el ganado al cercado (el reino), junto a otros pastores con otros rebaños (protestantes, cristianos heterodoxos) o incluso admitiendo ovejas que llegaran solas, siguiendo su propio camino. Y ésta imagen me vale para pensar que José Luis desde luego sólo podría estar en ésta última categoría: Si hay un Reino de los cielos (cosa en la que el no creía) el entraría seguro, pero iría sólo. Entraría por que pertenece a ésa inclasificable clase de hombres que tienen el don de salirse de la norma, de tener valores que ponen por encima de sus propios intereses personales, de mantener una juventud en su forma de ver la vida que quizá asuste a nuestras pequeñas concepciones egoístas y burguesas de las cosas. Y ello, al menos para mi, está muy por encima de sus defectos que lógicamente también tenía. Además entraría sólo: Por que otra característica de José Luis era la de un individualismo y singularidad muy acusados, que difícilmente lo harían integrante de cualquier tipo de rebaño, así como la de ser una persona no creyente. No creyente, pero si practicante de una ética laica, comprometido con su tiempo, muchas veces más allá de lo razonable. José Luis pertenecía a ésa “rara avis”, a ésa escasa categoría de hombres que tienen un status económico y social alto, que se mueven en un mundo empresarial y conservador, pero que tienen arraigadas convicciones progresistas. Y ello, en ésta sociedad en la que vivimos, le llevó muchos desengaños y problemas que siempre sobrellevó con elegancia.
La verdad es que en las palabras que quiero decir prevalece la visión que puedo tener de José Luis, de mi tío José Luis, sobre la visión que también me gustaría dar de su relación con ésta casa. Y es que, entre sus múltiples actividades, José Luis participó en el año 1979 en el proyecto de desarrollar una Librería que se llamaba Tirant lo Blanch en la cual estaba al frente una señora, participaba un cura y se vendían libros prohibidos…. Como se ve todo dentro de la mayor ortodoxia financiera. Pero José Luis era así: Para él la amistad y el compromiso estaban por encima de todo. Sin su apoyo incondicional ésta casa no sería lo que es, probablemente ni siquiera hubiera seguido existiendo.
La religión germánica, en su muy realista visión de la vida y la muerte, entendía que nadie muere del todo mientras es recordado. Pues bien desde ése punto de vista, no ha muerto completamente. José Luis sigue aquí, con nosotros, como siempre.
Escrito por Salvador Vives Con el recuerdo emocionado de Tomás y Cande, de Daniel, de Ana, de Salva de Geles….
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