EL LIBRO DEL SIGLO XXI: REB1200

"...y comprendí que aquellos libros eran cuerpos porque poseían una estructura anatómica común al resto de los cuerpos, aunque esa anatomía estaba soportada por algo inmaterial, quiero decir una obsesión o un alma, como todos.Creo que comprendí de súbito que la escritura es un cuerpo lleno de órganos de todas las medidas, quizá por eso antiguamente los libros se encuadernaban en piel."

TONTO, MUERTO, BASTARDO E INVISIBLE.- Juan José Millás

Se ha presentado en la 52 Edición del Libro de Francfort lo que será el libro electrónico del siglo XXI. Con el nombre de robot REB1200, el libro del futuro (atrás dejamos las paredes, las tablillas, los pergaminos,etcétera) tiene una pantalla de 8,2 pulgadas en diagonal, con un peso de 935 gramos, y responde a las órdenes de nuestro tacto. Tiene una capacidad de 80.000 páginas que pueden ser recargadas con páginas de libros, periódicos y revistas por medio de un módem que lleva incorporado.

Dos ventajas vislumbro en el prominente paso al libro electrónico desde el libro palpable: una, que ya no tendremos que estirpar las costras que dejan los grandes almacenes en las espaldas de nuestros libros, y así hacerles un daño inmesurable que pronto se convertía en un enganchón sin remedio ( a saber, los precios que las grandes superficies colocan en las contraportadas para asegurarse que ellos lo tuvieron primero y le pusieron el mejor precio, que, por desgracia, ocupan la mitad del libro, y que cuestan tanto de quitar, sopena con un mechero ). Y dos, ya no se tendrán que talar tantos árboles. Pero en este vaticinio no se ve tan claro el final. A mi manera de pensar el libro no acabará, sino tendrá que sustituirse la prominente definición del diccionario:

"Conjunto de hojas de papel manuscritas impresas que, cosidas o encuadernadas, forman un volumen"

Y expresiones como "te explicas como un libro abierto" tendrán que ser "te explicas como un libro electrónico recargable", entonces el deterioro del lenguaje irá a más, y tendremos que quemar los libros, como en la Gran Hoguera que relata Ray Bradbury, para crear otros artilugios electrónicos que contengan los nuevos conceptos que han devastado a los otros.

Lo que preocupa es cuando ya las nuevas generaciones ni siquiera sientan el olor de un tomo al abrir sus páginas o hierbas o colas que ni nosotros conocemos; el delicado tacto al cogerlo y guardarlo en las estanterías; el delicado algodón que pasea por su carátula para limpiarlo de la oquedad del libro; la crispación cuando alguien cogió aquel libro de Baudelaire de una edición inencontrable para hacer un trabajo de segundo de BUP sobre poesía que guardabas casi bajo llave junto a las obras completas de Balzac en tapa de cuero y Hiperión de Hölderlin en la edición de 1976. En fin nosotros nos resistiremos, y apoyaremos el papel reciclado, y sino nos pegaremos como la mosca ante el cristal sobre la pantalla del REB1200 esperando entrar para intentar sonsacar las vísceras del interlineado, que apenas vemos con el reflejo del cristal del piso veintinueve del nuevo rascacielos Babel.

Esperemos que el Stendhal de Ray Bradbury - en Crónicas Marcianas - no sea el único resquicio del fetichista de los libros. Si Poe levantara la cabeza!

" - Por supuesto - gruñó delicadamente el señor Stendhal, con desaliento y desprecio a la vez -(...)Quemaron todos los libros en la Gran Hoguera. Hace ya treinta años."

Esperemos no llegar a ser el Cura de Don Quijote, porque las lágrimas de Don Alonso Quijano, cuando quemaron toda su biblioteca, nos han llegado a la insistencia de que el libro no morirá, como predijo McLuhan.

" - Sí, yo y mi biblioteca. Y unos pocos más como yo. Oh, ya nadie se acordaba de Poe, de Oz y de los otros. Unos pocos ciudadanos conservamos nuestras bibliotecas algún tiempo. Luego llegaron ustedes, con sus antorchas y sus incineradoras, y destrozaron y quemaron mis cincuenta mil libros. (...) ¡ Dios Santo, cuántas veces he visto Por quién doblan las campanas! Treinta versiones distintas. Todas realistas. ¡Oh, el realismo!¡Qué infierno! "
CRÓNICAS MARCIANAS.- RAY BRADBURY

J.Bermúdez
Equipo de Redacción