Miguel Matesanz nació en el barrio Lucero de Madrid, el Bronx de la capital española en los años 70. Fue un chico de barrio muy feliz, siempre con las rodillas llenas de costras, las manos manchadas de Nocilla y los bolsillos llenos de cromos repes para estafar al primer niño bobino que se le pusiera por delante. De pequeño trabajó como estudiante aplicado, monaguillo de misa dominical y jugador talentoso de canicas y chapas. Pasados los años, se licenció en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid y, más tarde, fue locutor y director de varios programas radiofónicos en Radio Sevilla la Nueva, corrector de libros institucionales (Libro de estilo de Telemadrid, entre otros), responsable de la sección cultural de la revista médica Sístole, agente de recaudación en la Agencia Tributaria y cantante de éxito en la ducha de su casa. Aunque escribió su primera historia a los siete años, no consiguió publicar su primer libro hasta 2005, año en que ganó el premio Leer es Vivir de literatura infantil. En 2006 quedó finalista del premio El Barco de Vapor, y en 2009 y 2011 también fue finalista del premio Edebé infantil. En los últimos años se ha convertido en objeto de estudio por parte de un grupo secreto de siniestros científicos, debido a que Miguel es uno de los escasísimos miembros de la especie humana capaces de vivir sin móvil? ¡increíble, pero cierto!