¿Aún no tienes una cuenta? Crea una ahora y accede a tus listas favoritas, tu histórico de cuentas y muchas más cosas...
Pedidos y atención al cliente
PARTICULARES: 963 392 051 - FAX: 963 615 480 / LIBRERÍAS: 963 600 598 - FAX: 963 694 151
1ª Edición / 150 págs. / Rústica / Castellano / Libro
Por la compra de este libro en papel tendrá acceso a las siguientes promociones (CÓDIGO PROMOCIONAL INCLUÍDO EN EL INTERIOR DEL LIBRO):
Libro electrónico*: |
12,00 € | |
En papel: En stock, entrega en 24-48h |
|
|
Consultar disponibilidad en tiendas
Consultar disponibilidad en tiendasLos plazos estimados son para pedidos realizados antes de las 14:00h del viernes (salvo error o situaciones especiales: festivos, inventarios,etc).
|
||
*Para visualizar los libros electrónicos debe tener instalado Adobe Digital Edition en su equipo. Para conocer más pulse aquí. |
La pluralidad ha venido para quedarse y este nuevo orden social sólo se podrá conseguir protegiendo y respetando la diversidad cultural, porque de ello depende, más que nunca, el porvenir de nuestras sociedades. Frente a esta realidad no caben soluciones parciales, limitadas a su represión a través del Derecho penal. Los delitos culturalmente motivados, como la mutilación genital femenina o los matrimonios forzados, van más allá de las ?molestias? inherentes a todo infracción penal. Revelan las nuevas tensiones y confl ictos de las sociedades multiculturales de nuestro tiempo, la confrontación de los valores religiosos y culturales con los valores de la postmodernidad. Se hace necesario, por tanto, adoptar un modelo multiculturalista de gestión de la diversidad cultural. Un modelo con una ineludible perspectiva de género, pues no es sino la desigualdad entre los sexos lo que refuerza y mantiene la vigencia de estas prácticas ancestrales. Y eso sólo se logrará con un debate sosegado, político y jurídico, no metafísico o religioso, con la opinión de las propias mujeres como punto de partida. Un debate que se aleje del dogmatismo y el prejuicio, de ese satánico vicio de ver la paja en el ojo ajeno y no percatarse de las vigas en el propio. Pero también de la tolerancia paternalista y de esa supuesta neutralidad que realmente deja intacta la desigualdad constitutiva en benefi cio de los de siempre.