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1ª Edición / 725 págs. / Rústica / Castellano / Libro
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¿Existe la filosofía romana o es acaso lo que se tiene por tal un apéndice de la especulación griega y más en concreto helenista, sin personalidad definida y de valor muy inferior? Interrogar de esta manera mueve a confusión, pues la respuesta dependerá de lo que se entienda por "filosofía". Si, pongamos por caso, las reflexiones platónicas y aristotélicas en aquellas obras que la tradición académica ha consagrado corno más estrictamente filosóficas, la especulación romana podría quedar en un segundo plano, como por lo común sucede en el mentado mundo académico; pero si se piensa que la filosofía es o puede ser la autoconciencia (crítica o no crítica, ese es otro problema) que una época tiene de sí misma, parece entonces evidente que los romanos sí tienen una filosofía propia, en la medida en que reflexionaron ?con sorprendente lucidez? sobre sí mismos y su ubicación en el mundo. Por ello, y para evitar innecesarios malentendidos, he rotulado el presente estudio con el título general y más ambiguo de "pensamiento romano", pues sucede que las categorías hermenéuticas de las que habitualmente nos servimos para estudiar la filosofía griega no valen para Roma; con mayor exactitud, si se aplican de manera mecánica no sale nada o resulta un producto cultural diluido y de poca calidad en comparación con el heleno, lo cual no es problema de los romanos, sino de las categorías o al menos de su utilización indebida y abusiva.