El coño de don Camilo

Camilo José Cela era único. Podría gustar o no, pero nunca dejaba indiferente. De ésos que dejan huella es también este retrato íntimo de nuestro Premio Nobel más controvertido, escrito por un testigo de excepción: su confidente en los últimos años de vida, su mano derecha, su discípulo.

Son muchos los secretos de Cela que descubre EL CO??O DE DON CAMILO Y OTRAS AN??CDOTAS IN??DITAS: escapadas clandestinas, plagios, mentiras, lágrimas, mujeres, risas, amigos, enemigos? Todo tipo de anécdotas afloran en este libro que rinde tributo a uno de los escritores más emblemáticos de la Literatura española.

Gaspar Sánchez Salas se adentra también en los aspectos más espinosos que rodearon la vida de Cela hasta su muerte (Madrid, 2002). Un ameno relato con espinas que deja también entrever luces y sombras de la vida del escritor junto a su segunda mujer, Marina Castaño:

"Todas nuestras conversaciones las iba anotando puntualmente y de manera fidedigna en mi ya habitual diario para no olvidar absolutamente nada de lo acontecido en cada jornada, aquel ejercicio se convirtió en una constante que muchas veces ponía en práctica en la propia casa del escritor aprovechando los momentos en que Cela echaba la siesta y el trabajo no era agobiante. Cela me hizo prometer no contar a su segunda mujer que teníamos por costumbre irnos a tomar cervezas y pinchos de tortilla después de sus paseos y aquello me lo hizo ver casi como un "secreto de Estado", cosa que, por supuesto cumplí. Yo tenía claro desde el primer momento en que Cela me contrató para trabajar a su lado, a quien debía guardar absoluta fidelidad.

Viajé hasta la finca de Cela para entrevistarme con el escritor el día 18 de julio de aquel año de 1995, y allí me propuso el que sería mi trabajo en esta última etapa de la vida del Nobel: ser su colaborador directo, su secretario. Confieso que no me caí para atrás porque estaba sentado frente a él y sostenido por el sofá, pero aquellas palabras del escritor me retumbaron en el cerebro durante algunos segundos sin poder dar crédito a lo que estaba escuchando de sus propios labios.

-Don Camilo... acepto encantado.

Y Cela hizo ademán de sonreír.

A partir de aquel instante comenzaba mi apasionante viaje de seis años al lado de un Cela al que fui descubriendo minuto a minuto y cuya semblanza -siempre desde una perspectiva personal- relato a través de unas anécdotas seleccionadas para el presente libro y que son reflejo de una vida azarosa que no dejará impasible al lector".