¿Aún no tienes una cuenta? Crea una ahora y accede a tus listas favoritas, tu histórico de cuentas y muchas más cosas...
Pedidos y atención al cliente
PARTICULARES: 963 392 051 - FAX: 963 615 480 / LIBRERÍAS: 963 610 048 ext. 1005 - FAX: 963 694 151
En papel: En stock, entrega en 24-48h |
|
|
El artículo no está disponible en esta web pero puede encontrarlo en nuestra Librería Ir a la librería | ||
Consultar disponibilidad en tiendas
Consultar disponibilidad en tiendasLos plazos estimados son para pedidos realizados antes de las 14:00h del viernes (salvo error o situaciones especiales: festivos, inventarios,etc).
|
Estos poemas los encontró Inmaculada Pelegrín (Lorca, 1969) una mañana de enero en un lugar llamado Farrera con vistas al Alto Pirineo. Por esta circunstancia no debe extrañar que, al leerlos, huelan a hierba y a pan de centeno o se escuche, de fondo, bramar un cabirol. Fue imprescindible, para que ocurriera, que estuviesen por allí Fernando Carreter, conductor de diligencias; su hijo Saúl, descifrador de contraseñas; y Tito Pedro, un ermitaño sabio que los acogió en su eschatia. Aunque debatieron mucho sobre el tema, ninguno se atreve a afirmar si cuando decimos la teoría de las cosas nos estamos refiriendo a que nosotros tenemos una teoría sobre las cosas o a que las cosas tienen su propia teoría sobre el mundo. Los versos están a nuestro alrededor esperando a ser escritos. Nadie tiene la culpa. Ellos sabrán lo que hacen. Primero llegó ??xido (ed. Pre-textos), Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego; después, Cuestión de horas (ed. La isla de Siltolá, 2012), Premio Iberoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez; y hace poco, Todas direcciones (ed. Hiperión, 2020), Premio Internacional de Poesía Antonio M