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1ª Edición / 2178 págs. / Tapa dura / Castellano / Libro
Esta es nuestra edición más emblemática y que en lo personal llevamos más tiempo incubando. Enterrada para el lector de habla hispana durante más de cien años por razones que sólo la azarosa historia de España explica, hoy es una brillante realidad. Jules Michelet, republicano apasionado, librepensador y romántico, era por encima de todo historiador y un escritor poderoso y visionario. Hace revivir el gozoso espectáculo de la historia y nos traslada a la crueldad de un periodo trascendental que cambiaría el rumbo de la humanidad. Y lo hace con una innovadora mirada que luego siguieron tanto literatos como historiadores y aun hoy perdura: la del pueblo erigido en protagonista. Es la de Michelet una obra de tal grandeza que sus extraordinarias dimensiones no sólo no abruman, sino que página a página, retrato a retrato, sorprende por su absoluta vigencia. Nadie puede dejar de sentirse hijo de la Revolución Francesa. * Las ilustraciones de Daniel Urrabieta Vierge nacieron para la edición master en francés (Marpon et Flammarion, 1878). Es la interpretación visual de un artista irrepetible, que implicado con la historia y el autor, los engrandece con sus impresionantes ilustraciones. Lo mismo que Vicente Blasco Ibáñez con su traducción vigorosa y minuciosa a la vez, que felizmente ha sido recuperada y actualizada en su integridad. Es un acontecimiento especial y, como tal, esperamos que merezca especial atención. JULES MICHELET PAR??S, 1798 ?? HY??RES (PROVENZA, FRANCIA) 1874 Republicano apasionado, librepensador y romántico, era por encima de todo historiador y escritor, poderoso y visionario. Como él decía, nació bajo el terror de Babeuf y seguramente moriría bajo el de La Internacional. Catedrático del Collège de France (1838) y director de la sección histórica de los Archivos Nacionales (1831), fue destituido por su oposición a Napoleón III. Su prosa vibrante hizo de él ??uno de los más grandes poetas románticos de Francia??. Combatió en lo social y en lo estético con obras como De los jesuitas (1843), El pueblo (1846), El amor (1858), La mujer (1860), La bruja (1862), Biblia de la humanidad (1864)?? Su inmersión en las ciencias naturales, sin sentimentalismos y desde un ferviente encuadre democrático, dio lugar a Las aves (1865), El insecto (1857), El mar (1861), La montaña (1868)?? En su titánica Histoire de France, con una quincena de volúmenes, que le ocupó décadas de su vida (1833 ??1844, 1855 ??1867), y, sobre todo, en Historia de la Revolución Francesa, escrita entre 1847 y 1853, Michelet redime las angustias de la revolución como obra del pueblo. Jules Michelet hace revivir el gozoso espectáculo de la historia y nos traslada la crueldad de un periodo trascendental que cambiaría los rumbos de la humanidad. Con ello, y lo más importante, inauguró una mirada ??después seguida tanto por literatos como por historiadores ?? que hacía del pueblo el protagonista principal del devenir histórico. Es la suya una obra de tal grandeza que sus extraordinarias dimensiones no sólo no abruman, sino que página a página, retrato a retrato, sorprende por su absoluta vigencia. Nadie hoy puede dejar de sentirse en parte hijo suyo. DANIEL URRABIETA VIERGE MADRID, 1851 ?? PAR??S, 1904 Artista de enorme prestigio, padre de la ilustración moderna que, años antes de que lo hiciera Picasso, ya conquistó el París artístico. Hoy es casi desconocido en España, a la que dedicó lo más emblemático de su inmensa producción artística. Volcado en el Siglo de Oro, hizo su obra más madura a los veintinueve años, ilustrando El Buscón de Quevedo, que no pudo acabar porque una hemiplejia le paralizó medio cuerpo y dejó sin vida su portentosa mano derecha. Salió de aquellas tinieblas ejercitando a lo largo de diez años una voluntad de hierro que hizo el milagro de lograr para la mano izquierda idéntico dominio del que había perdido en la derecha. Su cerebro y sensibilidad eran los mismos. Fue un héroe del arte que consiguió no sólo recuperar su antiguo poder, sino incrementarlo. Casi al final de su vida ilustró por fin su sueño, El Quijote, una inabarcable obra de arte que no sólo era la interpretación perfecta de un maestro por otro maestro, sino también el triunfo de la voluntad humana. Su arte siguió acontecimientos y guerras en revistas de Europa y América y además, ilustró primeras ediciones de los grandes escritores franceses de la época como Victor Hugo, Próspero Merimée y Jules Michelet, del que fue amigo y para el que llevó a cabo cientos de composiciones para su monumental Histoire de France y para La Historia de la Revolución Francesa, en una ejemplar edición de Marpon et Flammarion de 1871, cuya línea hemos seguido en ésta en español que el lector tiene en sus manos. VICENTE BLASCO IB????EZ VALENCIA, 1867 ?? MENTON (ALPES MAR??TIMOS, FRANCIA), 1928 Escritor y político romántico en los años de la depresión generacional del 98 español, Blasco Ibáñez fue un revolucionario, un renovador de la ideología federalista republicana que sufrió cárcel y exilio, que fue varias veces elegido diputado, que fundó periódicos de trayectoria (El Pueblo, 1894), que incluso dio su nombre ??el blasquismo ?? a una manera de ver la política y la acción colectiva de su tiempo, que luchó activamente contra sistemas no democráticos y dictaduras, y que congregó tras de sí a las multitudes populares. Luego, desengañado de la política, fue también escritor de maneras decimonónicas, dentro de un naturalismo social que recorre toda su vasta producción y que se desborda en su ??periodo valenciano?? (Cañas y barro, 1902) y en su posterior novela anticlerical y revolucionaria (El intruso 1904). Con Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916), rompió el techo de sus éxitos anteriores como escritor de fama internacional. Su negativa visión de la Iglesia, a la que achaca el origen de tantos males sociales, su romántica concepción del hombre y de su voluntad como motor de futuro, y ese amor a la Historia, debían conducirle inevitablemente a hermanar con la obra de Michelet, al que idolatró y a cuya influencia debe tanto como la que siempre se ha asegurado que debía a ??mile Zola. Traducir Historia de la Revolución Francesa selló la unión del autor de La barraca con su maestro Michelet.