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Robert Darnton estudió en Harvard y se doctoró en Oxford en 1964; ha sido Directeur d´Etudes en la EHESC, París, así como profesor invitado en Standford, Warwick y en el Netherlands Institute for Advanced Studies. Ha dirigido el Program in European Cultural Studies de la Princeton University, institución en la que actualmente es docente. Su trabajo de investigación se ha centrado en el siglo XVIII francés, con un particular enfoque que con frecuencia ha sido contestado por otros especialistas en la Ilustración. Darnton se sitúa como heredero intelectual de la escuela de los "Annales"; la suya es una historia de las "mentalités" abiertamente influenciada por la antropología de Clifford Geertz y, especialmente, por la nueva historia de la lectura y del libro impulsada, en paralelo, por Roger Chartier y Donald MacKenzie, entre otros. Como historiador, su preocupación central ha sido: "...mostrar no sólo lo que la gente leía, sino cómo pensaba, cómo construyó su mundo, cómo le dio significado y le infundió emociones". 25 años de inmersión profunda en los archivos de la "Societé Typographique de Neuchâtel" le permitieron aproximarse a las últimas décadas del Antiguo Régimen desde una nueva perspectiva: la circulación de las ideas a partir del examen de la producción, venta, distribución y lectura de libros, gacetas, folletos y pasquines. No sólo lo "qué leía" la sociedad francesa del dieciocho, sino "cómo lo leía". La sorpresa es que nos abre un submundo repleto de personajes marginales: gacetilleros, pornógrafos, "pobres diablos", agentes dobles, escritorzuelos sin escrúpulos, todo un sin fin de patéticos vendedores de rumores, calumnias y relatos de cama, cualquier cosa que ridiculizara al rey y a su corte: a la sombra de las grandes figuras de la Ilustración, según Darnton, fueron ellos quienes consiguieron hacer tambalear a la monarquía hasta derribarla. Para la historia cultural, la obra de Darnton es un jugoso festín. Con internet, a los historiadores del libro les suele pasar como a los metereólogos con las tormentas: antes que lamentar los efectos destructores, se muestran fascinados por los cambios y por las nuevas posibilidades que ofrecen. Así Darnton ha abogado en recientes artículos por la utilización plena de la escritura digital y en red como una alternativa enriquecedora para la edición de monografías académicas. Sus propuestas, como siempre, han provocado un vivo debate.-