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Hoy ya no se quema a las brujas en la hoguera ni se somete a nadie a un proceso inquisitorial. Pero no cabe duda de que un nuevo puritanismo, cuyo origen se encuentra esta vez en la izquierda intelectual, afecta de lleno a Occidente y causa un daño considerable. Vivimos en la era de la llamada «corrección política», que podría definirse como una práctica cultural cuyo objetivo es la destrucción de la reputación personal, la censura e incluso la sanción penal de aquellas personas o instituciones que no se adhieran a cierta ideología identitaria, la desafíen o la ignoren. Una ideología que promueve la liberación de grupos considerados víctimas del opresivo orden occidental, que tiene sus propios estándares de pureza moral y establece una clara distinción entre el bien y el mal. Sus apóstoles, como ocurría con las viejas persecuciones de brujas, están dispuestos a seguir el dedo acusador donde quiera que apunte para destruir al diablo y liberar a la sociedad de su influencia maligna. Al igual que los tribunales de antaño, quien se declara en contra de sus postulados es identificado con el mal, exponiéndose a las turbas y los tribunales populares de los medios de comunicación y las redes sociales. Con este libro valiente, que es una celebración de la libertad y la herejía, el intelectual chileno Axel Kaiser aborda uno de los temas principales de nuestro tiempo: la utilización de las emociones y la ofensa para rehuir un debate franco, democrático y libre y para crear un nuevo tribalismo incompatible con la libertad individual que emergió en Occidente.