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En la presente lujuria son escritas vivencias, fantasías, imaginaciones, sueños y todo lo que está mal y está bien en el querer de un deseo, que se quiere pero jamás es satisfecho y llega por ello a su existencia más in-sana. No hay tiempo de la pasión que transmite un saber de la intención. No es el libro como argumento de toda buena película, es el vivir el deseo, es el sentido de lo sentido y amar lo querido. De ahí surgen pues estas palabras que siguen el sexo, quiere decir, donde el sexo no tiene palabras, pero a pesar de ello se cree comunicar lo que dicen, es decir, se cree decir lo que estas palabras comunican como sexo. Una paranoia intelectual que hace del tener sexo toda una increíble argumentación «filosófica». Desde los orígenes de todo casanova o de toda casavieja son vividas diferentes formas de la existencia, o bien, existiendo, o bien dejando existir. El cómo es el transcurso de una vida sin excepciones, y de la manera que más place, siempre es la sexual. Desde los grupos de música, hasta las actrices pornográficas, desde sitios cerrados hasta el descampado más abierto. Aquí se narran pues las experiencias de los impulsos sexuales de una pareja que cree vivir diferentes vidas, y es el transcurrir el sexo del día a día lo que en realidad les mantiene unidos. Cómo empezaron y cómo terminaron y se reencuentran en cada noche de sexo, en cada sacudida de sus miembros y en cada discusión sexual, solo aflora lo que de jóvenes ya supieron, simplemente el hecho de que son unos pervertidos del pensar en el sexo, y con ello, de la aventura que les dirige, una necesidad de tapar y silenciar «malos» olores.