Franco, de héroe a figura cómica de la cultura contemporánea


La obra que presentamos en este blog introduce a los lectores en el marco histórico de las representaciones de la figura de Franco desde su etapa en la Guerra Civil hasta nuestros días. Es una larga trayectoria que muestra, no sólo los perfiles difundidos durante la dictadura, sino también aquellos que fueron transmitidos en los años de la Transición a la democracia y en los actuales tiempos tecnológicos de Internet. La ingente producción historiográfica, periodística, cinematográfica, artística y digital da cuenta del diseño del traslado a la sociedad de un personaje fundamental del siglo XX español.
Los modos de representación del pasado abarcan terrenos de la ficción escrita o audiovisual, la memoria, las tecnologías informáticas y la historia. Las distintas acepciones del término representación incluyen aquella que se refiere a la presentación pública de una persona u objeto y constituye un concepto válido para pensar sobre la construcción de identidades, jerarquías, poder y dominación política. Roger Chartier, en su libro traducido al castellano El Mundo como Representación. Historia Cultural: entre práctica y representación (Gedisa, 1992), reflexionó en torno a los efectos de las imágenes del mundo en los individuos y los colectivos. Paul Ricoeur en La memoria, la historia, el olvido (FCE, 2004: 307-360) consideró que este término se refiere a la forma en que el relato historiográfico se aproxima a la verdad transmitiendo el pasado a través de la crítica documental y la interpretación, un nivel diferente al de la memoria en su identificación del pasado.
Los estudios sobre representaciones pueden ser vistos como trabajos alejados de los historiográficos en cuanto que en su análisis cuentan los significados e impacto social de las imágenes, los símbolos o los iconos, unos elementos en principio ajenos a los hechos objetivos con los que se construye el pasado. Sin embargo, permiten comprender cómo se construyen las percepciones, los comportamientos y los juicios sobre personajes o eventos históricos, es decir, componentes tan reales como cualquier acontecimiento concretado en el espacio y el tiempo.
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