Recomendar a un amigo Añadir a mis libros
En papel:
Entrega en 5-7 días
$ 92.499
Libro electrónico*:
Disponible en versión pdf drm Disponible en versión epub Disponible lectura nube
$ 55.499
*Para visualizar los libros electrónicos debe tener instalado Adobe Digital Edition en su equipo. Para conocer más pulse aquí.


Editado en México. Libro en papel sólo disponible en IBD (impresión bajo demanda). El libro bajo demanda se imprime de forma automática y de manera exclusiva para cada cliente. No admite devolución.

El punto de fuga de los estudios aquí compilados es la preocupación por la aparente imposibilidad de una puesta en escena de la deliberación racional en la sociedad actual donde parece debilitada la esfera pública. Nos hemos dado a la tarea de estudiar prácticas discursivas y fenómenos etiquetados como anomalías de un proceso idealizado de deliberación pública, como elementos de una esfera pública lisiada, defectuosa con el fin de afrontar el espacio público con una lupa más avezada, flexible y caleidoscópica, podemos asumir sus ingredientes emotivos también como partículas esenciales del debate democrático del hombre moderno, que funcionan quizás como signos de su estado vital. Nuestros trabajos proponen no extirpar a las emociones con escalpelo de cirujano de un inexistente cuerpo prístino de la esfera pública, sino trabajar sobre la ambigüedad del tema: distinguir que estos fenómenos son parte del proceso de deliberación pública, pero también lo ponen en peligro. Tienen el potencial de minar el fortalecimiento de la democracia, pero también funcionan como cuñas que logran abrir espacios, son fusibles que prenden la mecha para provocar que ciertas temáticas se posicionen como asuntos clave, protestas que encienden la conciencia pública.
¿Dónde queda el carácter de la esfera pública como ideal regulador si involucramos a las emociones? ¿Qué aportan a la democracia deliberativa las prácticas emotivas? Si todo el espacio público opera bajo la puesta en práctica de ciertos fenómenos y estrategias comunicativas que apelan a las emociones, entonces ¿dónde acaba la democracia deliberativa? ¿Qué parte de lo que hemos estudiado tiene la posibilidad de insertarse o contribuir a una estrategia argumentativa que fortalece a la esfera pública?
La discusión queda abierta: las prácticas discursivas que propician una carga emotiva, tienen un valor que puede ser positivo. Esto no quiere decir que hemos de renunciar a la parte donde ha de prevalecer la razón en la conversación pública.

 

 

 

Introducir comentario
últimos libros visitados
Libros escritos por
Si no se cargan automáticamente los resultados, pulse aqui para cargar
Si no se cargan automáticamente los resultados, pulse aqui para cargar
Si no se cargan automáticamente los resultados, pulse aqui para cargar
Si no se cargan automáticamente los resultados, pulse aqui para cargar
Si no se cargan automáticamente los resultados, pulse aqui para cargar
Si no se cargan automáticamente los resultados, pulse aqui para cargar
Si no se cargan automáticamente los resultados, pulse aqui para cargar
Si no se cargan automáticamente los resultados, pulse aqui para cargar
Si no se cargan automáticamente los resultados, pulse aqui para cargar