VIAJE A ANANTAPUR

Lupe Bohorques

                    Una niña mira a través de una verja. Fotografía © Ramón Serrano en la pág. 143 del libro.

"Ayudar es un

privilegio"

Vicente Ferrer

En este libro se narra en primera persona las experiencias de una voluntaria en la India de Vicente Ferrer. A través de sus páginas la autora nos cuenta sus vivencias como profesora en la Fundación Rural Development Trust, y nos aporta un interesante testimonio de la extraordinaria labor humanitaria que la Fundación Vicente Ferrer lleva a cabo en Anantapur, ciudad del infinito. Este relato supone un viaje interior y exterior que a nadie dejará indiferente.
 

"Me fui a la India porque necesitaba hacer algo por el mundo que me rodeaba. Supe que la Fundación Vicente Ferrer buscaba una profesora voluntaria e hice las maletas. Viajé a la región de Andra Pradesh, a la ciudad de Anantapur, llamada también ciudad del infinito porque está situada en la India rural, donde solo se puede visitar la pobreza. Tuve la fortuna de convivir con uno de los hombres de mayor sensibilidad humana en el mundo actual. Y era preciso contar esta historia y cómo la Fundación Vicente Ferrer ha conseguido transformar la sociedad rural india, favoreciendo a más de 2 millones de personas. Diario de una voluntaria es el testimonio de aquel el viaje, de sus vivencias y anécdotas y de esta increíble aventura humana."

Lupe Bohorques

La autora con Vicente Ferrer

Breve entrevista a la autora

¿Qué le empujó a escribir este particular diario?

Darme cuenta que solo había un libro publicado: La Revolución Silenciosa de Alberto Oliveras. Un libro precioso, pero apenas hablaba de los voluntarios o de Anne Ferrer. Tenía que cubrir ese hueco, era necesario. Y toda la historia, merecía la pena ser contada.

¿A quién va dirigido su libro?

A las personas que tengan ese gusanillo de hacer voluntariado y viajar, para que sigan soñando y lleven a cabo sus sueños, sabiendo dónde van y a qué van.

¿Con qué recuerdo se queda de la Fundación?

Me impresionó la labor de los voluntarios , su visión del mundo y el trabajo que aportaron, sin ningún afán de protagonismo. Después con los alumnos, su interés por aprender español , y cómo no,  con los maravillosos fines de semana libres, cuando podíamos viajar y la Fundación nos ofrecía un jeep.

Dígame una imagen que se le quedara grabada de su viaje a Anantapur

La imagen de dos alumnos que vinieron a despedirse a mi habitación. Uno, sin tener nada, me regaló su propio colgante y una alumna , que había quedado viuda, y tenía dos hijos, trajo un pequeño regalo para que nunca la olvidara.