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1ª Edición / 376 págs. / Rústica / Castellano / Libro
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Una de las tareas menos frecuentadas por la investigación en teoría política es el estudio o la atención a temas clásicos, con una fuerte y reconocida tradición doctrinal. Y no hay tema más básico en la teoría política que la soberanía, el estudio del poder y su ejercicio en la sociedad política moderna. El libro que el lector tiene en sus manos es la consecuencia de una reflexión sobre la soberanía y una de sus vertientes más sometidas a diversas transformaciones en el mundo político contemporáneo, la ciudadanía. Aunque en la versión presente el estudio se circunscribe a las específicas circunstancias que influyen sobre la ciudadanía y su ejercicio, no está de más advertir que tiene como base una amplia reflexión sobre las doctrinas clásicas de la soberanía, que siguen siendo hoy punto de partida obligado para cualquier tratamiento del poder político. El objeto del estudio se centra en examinar las insuficiencias de la concepción clásica de la ciudadanía en una sociedad ?posmoderna, como la califica el autor? en la que somos ya conscientes de que junto a los ciudadanos ?ordinarios?, que por sus circunstancias personales y sociales pueden ejercer los derechos de ciudadanía sin obstáculos, la compleja sociedad actual se integra también de sujetos que cuentan con restricciones legales o personales para dicho ejercicio (extranjeros, migrantes) y de otros a cuyas dificultades sólo en las últimas décadas ha prestado la sociedad suficiente atención (minorías étnicas, personas con alguna discapacidad, penados); o, en fin, de que en nuestras sociedades el género puede plantear serias dificultades y obstáculos para un ejercicio igual de la soberanía. Por supuesto siempre han existido estos colectivos y problemas. Pero la reflexión que se efectúa en este estudio tiene una plena justificación, puesto que esa realidad no se ha visto debidamente reflejada en una reflexión desde la perspectiva del ejercicio de los derechos de la ciudadanía. Y por otro lado, la sociedad global ha supuesto una innegable agudización de los problemas derivados del deficiente disfrute de la ciudadanía por parte de esos colectivos. Por ello, el interés que ofrece el estudio de Clicerio Coello es indudable. Eduardo Espín Templado Además de incidir en una perspectiva insuficientemente analizada, destaca también el objetivo democrático de la investigación llevada a cabo por el autor. No se trata de un estudio meramente académico, sino que manifiesta de manera clara y expresa una intencionalidad de explorar las vías para que el ejercicio de los derechos de ciudadanía sea más completo por parte de los individuos que integran tales colectivos y de esa manera, la sociedad sea más progresista, democrática e igualitaria. No es este prólogo el lugar adecuado para ofrecer un resumen de las conclusiones a las que llega el autor, lo que hace él mismo en el epílogo de la obra. Si me interesa, en cambio, manifestar mi interés por algunas de dichas conclusiones que me parecen de especial relevancia para la reflexión política contemporánea. En relación con los migrantes, que el autor califica seguramente con razón como el fenómeno más relevante del siglo XXI, se destaca la tendencia constitucional a considerar la residencia estable como factor para el reconocimiento político de los inmigrantes, especialmente en el ámbito local. Yo pondría de relieve que en algunos casos, como puede serlo el español, la residencia estable puede dar lugar directamente a la nacionalidad, incluso en un período breve de tiempo en algunos supuestos (dos años para los nacionales de países iberoamericanos), por lo que la residencia estable puede conducir a una plena integración del inmigrante en la tradicional comunidad nacional, más que a un simple reconocimiento de sus derechos políticos. Esto podría llevar, maximizando los planteamientos del autor, a postular un reconocimiento mucho más rápido de la participación política local de los inmigrantes residentes de lo que viene siendo habitual en los países de nuestro entorno. Por otro lado, no deja de llamar la atención la tendencia a requerir determinado grado de conocimientos que acrediten una integración cultural del inmigrante en la comunidad nacional de recepción. Semejante ?examen? cultural es precisamente un requisito que manifiesta una reacción contraria a la creciente importancia del fenómeno de la migración, sea debida a conflictos o a razones socioeconómicas. Es verdad que dichas pruebas de conocimiento se requieren por lo general para la adquisición de la nacionalidad, pero la creciente variabilidad de la población en todos los países y continentes, no debería Prólogo llevar a tales consecuencias. No es, en efecto, ese tipo de conocimientos superficiales los que aseguran la lealtad de los migrantes a una comunidad política, como lo demuestran los casos de radicalización extrema de inmigrantes de segunda generación o de nacionales ?autóctonos?; la causa de estos fenómenos de radicalización reside más bien en la pérdida de valores en la sociedad, circunstancia que afecta también, como no podría dejar de ser, a los inmigrantes recientes, pero que no se restringe a ellos. En cuanto a los derechos de participación política de minorías o sectores internos, el autor examina un amplio espectro de supuestos, como el de los nacionales residentes en el extranjero (haciendo hincapié en el derecho de sufragio pasivo), las minorías indígenas (tan relevante en la comunidad de países de Iberoamérica), el género desde la perspectiva de la equidad en los órganos de representación política, los reclusos e imputados en causa penal o las personas con discapacidad. Las consideraciones del autor sobre la participación política en todos esos supuestos me llevan a una reflexión sobre un tema de gran actualidad en Europa con el pasado referéndum secesionista en Escocia o las reivindicaciones independentistas de un amplio sector de la población catalana en España. Se trata de las cuestiones relativas a la ciudadanía y al demos que suscitan las pretensiones secesionistas de un territorio históricamente integrado en un Estado. Y me parece imprescindible destacar que en el apasionado debate político que tales reclamaciones provocan, raramente se distingue con precisión entre el demos legítimo para plantear una demanda de separación, necesariamente restringido al territorio en el que surge la iniciativa ?lo contrario supone simplemente negar el problema?, y el demos necesario para adoptar una decisión final, que obligadamente debe comprender en algún momento a la ciudadanía de todo el Estado. O, dicho de otro modo, la necesidad de distinguir entre la constatación de si existe un porcentaje de la ciudadanía suficiente como para que dicha pretensión haya de ser seriamente considerada y la decisión sobre cómo proceder en caso de que sí exista esa masa crítica que apoye tal pretensión. Tal falta de claridad se produce a pesar del precedente de Quebec ?y ahora también de Escocia?, que ha generado una abundante liEduardo Espín Templado teratura doctrinal y política sobre la cuestión, de la que se infiere la necesidad de distinguir entre ambas fases y el demos legítimo en cada una de ellas. Así, sólo en supuestos de una amplia reclamación de separación expresada en circunstancias de plena legitimidad democrática y con intervención también del demos global, la misma puede conducir ?en caso de una mayoría afirmativa? a procesos de separación negociados, nunca a decisiones unilaterales de secesión. Por otra parte y enlazando con las reflexiones del presente libro, nada más contrario a las tendencias de interrelación multicultural de la sociedad actual, que llevan a la necesidad a mejorar las formas de participación de todos los sujetos que habitan el territorio de un Estado, que la pretensión de que la propia subsistencia de una comunidad política histórica establecida se decida de forma exclusiva y final ?sea cual sea el resultado de la decisión? por la población del territorio en el que un sector de la misma pretenda la separación. Esta breve reflexión final sobre un tema conexo con los tratados en el libro pone de relieve la trascendencia del estudio de Clicerio Coello que, al hilo de la necesaria revisión de la ciudadanía y la participación política en el Estado actual, evidencia la necesidad de profundizar el estudio sobre las cuestiones derivadas de la soberanía y la determinación del demos. Creo que será sin duda un libro de referencia obligada en estos temas y, en especial, en lo relativo a la problemática actual de la ciudadanía.