¿Aún no tienes una cuenta? Crea una ahora y accede a tus listas favoritas, tu histórico de cuentas y muchas más cosas...
Pedidos y atención al cliente
PARTICULARES: 963 392 051 - FAX: 963 615 480 / LIBRERÍAS: 963 600 598 - FAX: 963 694 151
1ª Edición / 289 págs. / Rústica / Castellano / Libro
Por la compra de este libro en papel tendrá acceso a las siguientes promociones (CÓDIGO PROMOCIONAL INCLUÍDO EN EL INTERIOR DEL LIBRO):
En papel: En stock, entrega en 24-48h |
|
|
Consultar disponibilidad en tiendas
Consultar disponibilidad en tiendasLos plazos estimados son para pedidos realizados antes de las 14:00h del viernes (salvo error o situaciones especiales: festivos, inventarios,etc).
|
||
Libro electrónico*: |
18,00 € | |
*Para visualizar los libros electrónicos debe tener instalado Adobe Digital Edition en su equipo. Para conocer más pulse aquí. |
Todo el mundo sabe qué es un proceso judicial y ha utilizado cotidianamente la palabra "justicia" para defender aquello en lo que cree. Sin embargo, es absolutamente desconocido cuándo, cómo y dónde se empezaron a celebrar procesos judiciales, y de dónde surgió esa noción de "justicia", que desde luego no es ni natural ni innata.
En este libro se intentan aclarar dichas incógnitas, explicando cómo nuestra manera de celebrar procesos judiciales tiene claras raíces biológicas que se descubren en el estudio del comportamiento de los primates no humanos, concretamente en chimpancés y bonobos. A su vez, la noción de lo que es "justo", es decir, la separación entre el bien y el mal, también posee una base esencialmente biológica que no puede descartar, no obstante, su estudio filosófico, que también se aborda en esta obra, dado que el origen del concepto es sorprendentemente religioso.
En suma, un estudio que llevará al lector jurista a resolver muchísimas dudas técnicas y a conocer datos completamente inéditos. Al lector no jurista le permitirá satisfacer su posible curiosidad sobre qué sean la justicia y los tribunales, pero ante todo le conducirá a replantearse la razón de ser y sentido real de su conducta cotidiana, particularmente al cometer la osadía de valorar moralmente lo que hacen los demás.