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2ª Edición / 270 págs. / Rústica / Castellano / Libro
Cada nuevo libro de Eugenio Coseriu supone para el lector una nueva licción de rigor cientifíco. La colección de estudios ahora publicada ofrece magníficos ejercicios de teoría gramatical (estruccturación material y fiuncional de las lenguas) y semántica (contenidos lingüísticos: significado, designación, sentido), por decirlo en forma esquemática. Ha cumplido el autor lo que se había propuesto: buscar la realidad objetiva del lenguaje, y siempre desde su creatividad funcional. No se olvide que por estos mundos --palabras, cosas designadas, ciencia-- sigue haciendo de las suyas un molesto fantasma: la confusión. Si hay alguien decidido a espantarlo es nuestro lingüísta, gran clarificador de campos, enfoques, métodos y limites. El error todavía puede tener efecto positivo al alentar nuevas investigaciones. Lo peor es la sigilosa confusión de puntos de vista. Las presentes teorías se alzan sobre cimientos seguros: la investigación y los hechos concretos. Léase, por ejemplo, el estudio acerca de los universales lingüísticos, tema tan actual. Los datos reunidos llevan a deducir la posible existencia de analogías profundas entre las distintas lenguas históricas --pese a las muchas diferencias--, como creaciones nacidas de una misma tendencia hacia la expresión. Eso sí : hay que buscar los universales dentro del lenguaje mismo, no fuera de él. Acerca de las relaciones entre el lenguaje y pensamiento ha escrito Coseriu páginas muy valiosas. No hay por qué medir la palabra humana con la inflexible vara lógica que algunos le aplican ; sin embargo, en indudable que el lenguaje tiene su propia coherencia, tan apartada del logicismo como del ilogicismo. No menos resbalan aquellos lingüístas qque, en sus estudios, quisieran prescindir del significado. ¿Cómo pretenderlo si expresión y contenido forman un cuerpo indivisible? Sin dejar de dar a cada uno lo merecido, Coseriu acaso acentúe en este libro el alcance positivo de su labor critica. La meta es la ansiada y nunca conseguida unidad de la lingüística. Disciplinas modernas que se proclamaban incompatibles y dueñas de la verdad absoluta podrían ser ahora, si se acepta esta visión más comprensiva, igualmente legítimas y complementarias: así, la gramática funcional conviviría perfectamente con la gramática generativa, etc. Medida urgente: establecer nítidamente dominios y competencias. ¿Oíran al fin los contumaces? Por otra parte, conviene reconocer que el lenguaje es cosa en que andamos metidos todos. Poco avispado será el lingüísta que no tenga en cuenta las intuiciones primarias de los habitantes.