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En los últimos treinta años hay países en los que la criminalidad ha caído de manera sensible, lo que priva de fundamento a las demandas ultrapunitivistas de un significativo sector de la población y de la política. Frente a estas, Luigi Ferrajoli recuerda que el único modo acreditado de prevenir la delincuencia común convencional lo constituyen las políticas sociales. Y también que la sola respuesta legítima a la desviación criminal es la representada por un proceso con todas las garantías.
De aquí la necesidad de elaborar una sólida teoría del garantismo penal, cuya más consistente expresión es este libro. Como escribe el autor, «corresponde a la política hacer real este garantismo. Diseñar sus líneas maestras teóricas es el contenido primario de la cultura jurídica».
Reseñas y críticas:
«Ferrajoli tiene el mérito de haber defendido, de forma incansable y brillante, una concepción 'rígida' de las Constituciones que hoy permea el trabajo de jueces, fiscales y abogados». (Ramón Sáez, magistrado del Tribunal Constitucional)
«El filósofo del derecho más citado en el mundo progresista latino del último medio siglo». («Ideas», El País)
«El garantismo penal de Ferrajoli constituye una teoría jurídica global en la que el derecho penal, lejos de ser un instrumento de control social, debe ser un medio para asegurar la protección de la libertad y la dignidad humana». (Roberto Bin, Principi e istituzioni del diritto penale)