La competitividad de la empresa industrial de la Comunidad Valenciana

Constituye ya casi un tópico hablar de la capacidad competitiva de la empresa valenciana, empleando como argumentos hechos incontestables: su dinamismo industrial y tecnológico, su presencia en los mercados exteriores, su creación de empleo, por no citar su afán emprendedor. Pero, más allá de los lugares comunes, resulta imprescindible diagnosticar seriamente el estado actual de nuestro tejido empresarial, porque sólo sobre esta base podrán diseñarse estrategias públicas y privadas atinadas. "La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo", proclamó Galileo. La reflexión serena y sosegada sobre la competitividad de la empresa requiere, no discursos panegíricos que sólo incendian el ánimo de los incondicionales, sino investigaciones profundas y contrastadas que aporten ideas útiles para este debate, que debe seguir siendo punto de interés público y privado en el siglo que ahora se inaugura. El libro que prologamos es una pieza de gran interés en esta dirección. Resulta alentador observar que la posición competitiva de la empresa industrial valenciana se encuentra por encima de la media de sus competidores en los mercados internacionales. Más positiva aún es la constatación de que este colectivo está competitivamente mejor preparado para competir mediante una estrategia de diferenciación asentada en la calidad, que en estrategias de liderazgo en costes basadas en bajos precios. Sin embargo, como dijo E. de Girardin, "exagerar la propia fuerza significa descubrir la propia debilidad". En un escenario internacional en el cual la competencia en precios es crecientemente inviable por la rivalidad de países económicamente emergentes con dotaciones factoriales más eficientes en costes, la vía de futuro pasa por lograr ventajas en activos más protegibles, que estén en consonancia con las tendencias del sistema económico mundial.