La ilustración olvidada

Una de las valiosas razones que fundamenta esta original recopilación de textos radica no tanto en que debamos leer a los autores soslayados de la ilustración, cuanto en que debemos rescatarlos del olvido y seguir con cuidado y atención cada una de sus líneas, junto al trabajo de quienes han sido los padres del pensamiento moderno. Se trata de reconocer un origen, en nuestra modernidad, bastante más rico y multiforme, revelador y brillante, de lo que estamos acostumbrados a admitir. Bajo el manto de una heterodoxia que se cree agazapada, pero que es alumbrada permanentemente por la agudeza en el razonamiento, el rigor crítico filosófico o la celebración profunda de comportamientos insospechados, los autores congregados desenvainan la descomposición de la monarquía, el tenebroso contexto de la superstición, la estupidez en los desfiles de las vanidades o la implacable corrupción religiosa. Dividido en tres apartados en los que se designa a "Los indignados" (Fontenelle, Mercier, Deleyre, Fougeret de Monbron y Restif de la Bretonne), "Los propositores" (La Fontaine, Marmontel, Meslier, Morelly, Mirabeau y Sade) y "Los moralistas" (La Rochefoucauld, Diderot, Marivaux y Vauvenargues) enfrentamos de las letras francesas o libertinos, reglamentadores del mundo o políticos elocuentes, portadores del estandarte de la Revolución, irónicos consumados o perseguidores de la gloria.