Sistema político mixto. Tránsito a la gobernabilidad

El escenario mundial plantea grandes desafíos a los sistemas políticos, su viabilidad se encuentra amenazada por la falta de homogeneidad política y económica que impide equilibrios estratégicos entre los países. En esas circunstancias los sistemas democráticos se enriquecen con el sistema mixto de gobierno.
Las condiciones de pobreza y dependencia, impuestas desde posiciones de poder, obligan a que en el diseño de los sistemas políticos se busquen nuevos modelos constitucionales que permitan abatir esa inercia en las naciones. El objetivo es apuntalar al Estado para atemperar las reglas ciegas del mercado, brindar bienestar económico, estabilidad política, seguridad en la convivencia y justicia individual y social.
Para remover esos obstáculos, los nuevos diseños institucionales no responden a etapas rígidas por la instauración de sistemas clásicos de gobierno o de ejercicio de la soberanía en su concepción tradicional, sino que obedecen a la lógica de supervivencia que consiste en superar las disparidades estructurales y geopolíticas prevalecientes.
Es impostergable la implementación de un sistema político mixto, equidistante del presidencialismo y del parlamentarismo para establecer una correlación de fuerzas más equitativa que solucione el intríngulis del gobierno dividido que facilite el proceso de toma de decisiones políticas.