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1ª Edición / 468 págs. / Rústica / Castellano / Libro
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El paréntesis abierto en el destino del Tratado por el que se establece una, Constitución para Europa produjo perplejidad no sólo en los medios políticos, sino también en los académicos y doctrinales. Unos y otros se habían estado preparando para el evento de su ratificación por los Veinticinco y la entrada en vigor del instrumento formalizaría la personalidad jurídica de la Unión Europea, brindaría un catálogo de derechos fundamentales de los ciudadanos europeos y ofrecería una cifra de dos dígitos de mejoras normativas e institucionales. Al no ser así en los tiempos previstos hubo de precederse a la evaluación de daños y propuesta de planes ?a los que se llamó B? para capear, más que el temporal, la calma chicha en que quedó varada la Unión. Eso, en el plano doctrinal, supuso que los trabajos individuales y colectivos elaborados para informar sobre el Tratado, determinar su sexo y comentar sus contenidos, globalmente o en porciones, tuvieron que reorientarse para incluir la variable de su embobamiento. Para unos se trataba de reciclar los materiales nuevos asequibles al mercado; para otros, de convencerse y convencer a los demás de que incluso sin esos materiales la Unión podía seguir adelante. Aunque puede tenerse la sensación de que el Tratado por el que se establece... ha sido el justo que ha debido pagar las culpas de otros pecadores, lo cierto es que su desgracia (y no la hay que mil años dure) ha sido una ocasión (calva, según la pintan) para que los expertos (cuya importancia ?o la de Ernesto? ya subrayó en su día Osear Wilde) hayan auditado rigurosamente los activos de la Unión, En el ámbito que ahora nos ocupa es reconfortante la conclusión ampliamente compartida de que las aportaciones del Tratado eran más formales o aparentes que reales y, por lo tanto, cabe seguir adelante sin que su falta tenga consecuencias paralizadoras. El título de esta obra colectiva habla por eso de "El futuro de la acción exterior de la Unión Europea", implicando la afirmación de que la acción exterior de la Unión tiene futuro, aunque deba leerse con una cierta continencia, porque no es lo mismo anunciar que este chic@ tiene futuro (esto es, que promete) que pronosticar que su futuro es muy oscuro.