La voz de lila

«Me llega, y leo con placer e inter??s, La voz de Lila, una novela francesa que cuenta la vida, la muerte y la jodienda en un suburbio ·rabe de Par??s. Supera con mucho el realismo sucio americano o espa??ol, cultiva una secreta poes??a de la intensidad conseguida mediante el detalle, el conocimiento profundo, la sensaci??n de vividura, una prosa salvaje y una Lolita porno y tercermundista, Lila, que comunica al lector los olores y encantos naturales de una adolescencia maldita, misteriosa y viciosilla. Gran libro, distinto de todo lo que se hace en franc??s o en espa??ol, que aqu?? parece no haber le??do nadie. Este Chimo, real o fingido, escribe un franc??s mutilado, muy expresivo, improvisado y eficac??simo.» Francisco Umbral

«Los giros naïf de la sintaxis, la poes??a ordinaria, la pornograf??a tierna recuerdan a Queneau, a Salinger, a C??line, s??, s??. Una tr·gica historia de amor, de principio a fin, de esos nuevos pobres de la banlieue parisina. Lila, la ninfa rubia de la ciudad, inicia a Chimo en las cosas del sexo, y ??l toma notas por las noches, enfermo de amor y aterrorizado. La voz de Lila es un magn??fico relato sobre la p??rdida de la inocencia en una ??poca corrompida. Hay que admitir la evidencia: despu??s de leer el libro, lo que m·s desear??a uno es que Chimo existiera para poderle felicitar.» Fr??d??ric Beigbeder
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En una ruinosa banlieue francesa, habitada b·sicamente por inmigrantes ·rabes, s??lo hay una cosa por la que a Chimo le merezca la pena vivir: Lila. Es como una aparici??n en medio del desierto; la piel blanca, el pelo rubio, virginal, y a la vez incre??blemente audaz y provocadora. Chimo recoge todas sus palabras, sus encuentros y sus juegos cargados de intensidad er??tica en unos cuadernos de letra apretujada y llenos de tachones.
Los mismos cuadernos que, al parecer, llegaron a una editorial francesa de parte de su autor, del que a d??a de hoy seguimos sin saber nada (¿es realmente el protagonista de la historia?, ¿o un autor enmascarado?). S??lo tenemos estas p·ginas, sinceras y crudas, que nos hablan de la intensidad con la que se puede vivir el amor en mitad de la m·s absoluta desolaci??n, y que constituyen a su vez un turbador relato de la vida en los m·rgenes del mundo.

Ya ves que tengo cara de ·ngel, lo dice todo el mundo. Mira mis ojos claros y azules, dar??as hasta la camisa por ellos. Y de mi voz qu?? te voy a contar, ya la conoces. No, en serio, m??rame la boca. ¿Me ves la boca? ¿La ves bien? ¿Te has dado cuenta de lo peque??ita que es? ¿A que es incre??ble?
¿El qu??? ¿Qu?? es incre??ble?
Que una boca tan peque??a se pueda tragar una polla gorda.

[Ilustraci??n de portada: