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1ª Edición / 367 págs. / Rústica / Castellano / Libro
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El lector tiene en sus manos un libro muy útil y muy fácil de manejar, sobre todo frente a nuestros alumnos así como en el ejercicio profesional en el campo de la materia electoral. Su autor, muy conocido en el medio, gratamente nos halaga con la expresión de su ingenio y su cálida experiencia como maestro universitario, investigador y probada judicatura. En lo personal, me acojo a la lectura de sus obras relacionadas con las Cortes españolas de Cádiz de 1810.1813 y, desde luego, con las materias de Derecho Constitucional y, y más en particular, de Derecho Electoral, de tan viejo cuño, como fue el sistema así llamado de la autocomposición, proveniente precisamente de aquellas Cortes y de tan vertiginoso crecimiento durante estas dos últimas décadas, como muestran los innumerables escritos especializados y manuales publicados y de tan rico y provechoso desarrollo, según lo apreciamos por el contenido del libro que ahora me honro en recomendar al lector. Como decía, a mi me sugestiona el sistema electoral de origen gaditano, primeramente aplicado en la insipiente democracia representativa novohispana y luego recompuesto por tanto por nuestras constituyentes generales de 1814 a 1824, como por las 19 asambleas constituyentes locales de nuestro primer federalismo. En nuestra patria se abolió la esclavitud, que todavía conservaba la constitución española de 1812 y se extendieron las libertades públicas y, en general, los derechos humanos como ahora decimos, a todos los habitantes asentados y aún en calidad de transeúntes en nuestros territorios. El sistema de elecciones indirectas llegó hasta la elección de Madero y el sistema de la autocalificación de las elecciones lo vimos practicarse todavía en nuestro tiempo.