Reflexiones sobre el derecho humano al medio ambiente una idea disruptiva sin implicaciones nugatorias

Corría el turbulento siglo XX, y fue a mediados de la década de los años noventa que decidí darme la oportunidad de abrir un espacio en lo profesional para acercarme, conocer, husmear, e ir empapándome de lo que, en 1994, el Doctor Raúl Brañes definió como "Derecho Ambiental Mexicano". Mi asombro no fue menor, parecía que aquellas bromas que se escuchaban en los pasillos de varias universidades en los que los estudiantes y aspirantes a abogados afirmaban con risas socarronas: Yo estudio derecho porque soy pésima, pésimo con las matemáticas. ¡Oh sorpresa!, transcurridos 27 años de experiencia acumulada tenemos plena certeza que el derecho tiene un vínculo directo con las matemáticas, con el pensamiento abstracto y con las ciencias; tanto como las complejas composiciones que se leen en las partituras de Mozart, en la complicidad vocal y dificultades del contrapunto de J.S. Bach y en los análisis de la física cuántica dirigidos a cambiar la forma de vida en este mundo.
Sin embargo, no ha sido suficiente abrir los ojos para tener una mirada más allá de la norma jurídica y repensar al derecho ambiental, no solamente como parte de un sistema perteneciente al de los derechos humanos, ya que se ha partido del criterio antropocéntrico, humanista, personalista y políticamente correcto para crear leyes, principios, normas, obligaciones y derechos respecto al medio ambiente. El ecologismo proteccionista que emprende sendas batallas contra toda clase de industria que se vincule con los recursos naturales, ha protagonizado lo que en estos últimos años se han denominado conflictos socioambientales. Mientras que la megabiodiversidad y multiculturalidades mexicanas son rehenes de esas luchas encarnizadas.
¿Existe una manera diferente de abordar los temas ambientales y sociales, es decir, lo socioambiental, de otra forma? ¿Es real que las ideologías conservacionistas del medio ambiente y las pertenecientes a lo industrial podrían dejar de colocarse en extremos opuestos jalando de una liga que puede reventar para lastimar a unos, a otros, al medio ambiente, y al propio ser humano? En este libro consideramos que es posible, es factible, y es necesario. Planteamos un enfoque transdiciplinario sustentando el criterio de que lo ambiental es económico, es científico, es social y es cultural. En ello radica este intento de poner ante los ojos de quien lee este libro, una manera diferente de comprender al derecho ambiental. Cambiar el principio del homo-ambientalismo por lo científico, económico y cultural de un nuevo ambientalismo.
Juan Pablo Gudiño. G.