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1ª Edición / 340 págs. / Rústica / Castellano / Libro
En papel: Disponible |
$ 469.00 MXN | |
¿Cómo disciplinar a los jueces sin comprometer su independencia?
Esta es una preocupación latente. Existe el riesgo fundado de que quienes tienen en sus manos el poder de disciplina lleguen a abusar de él, sobre todo, si se asumen como garantes de una función que no les corresponde. Cuando se asumen como aquellos que tienen bajo su responsabilidad supervisar el contenido de las sentencias más allá de la libre determinación del juez para resolver el conflicto puesto a su consideración en el ejercicio de la vindicta pública a su cargo se merma la independencia y autonomía no sólo de quien tiene bajo su responsabilidad resolver un conflicto con una sentencia fundada y motivada, sino la de todo el Poder Judicial. En este sentido, no podemos aceptar, ni conviene hacerlo, que el Tribunal de Disciplina Judicial se convierta en una espada de Damocles que penda, inexorablemente, sobre la cabeza de cada juez.
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En este tenor y desde nuestro punto de vista se debe cuidar que el régimen especial de responsabilidades de los jueces y magistrados enmarcadas en este nuevo derecho disciplinario judicial no se convierta en una losa pesada que se vean obligados a cargar durante todo el tiempo en el que ejerzan la función; por el contrario, les debe asegurar que no serán sujetos de presiones, ni internas ni externas. "El peligro aquí se vislumbra con la sobreponderación o credibilidad desmedida en la idea de que el ejercicio de la potestad disciplinaria sobre los jueces, se constituiría como una especie de panacea, cura o solución milagrosa ante la falla del servicio público de justicia."